Las ovejas pueden parir de dos maneras, en el aprisco o en los potreros. Esto depende principalmente del sistema de producción que se implementa en la granja.
Parto en el aprisco:
Cuando la explotación ovina es intensiva lo más común es que el parto se de dentro del aprisco o galpón bajo la estricta vigilancia del productor.
Esto, con la intención de aumentar el número y peso de las crías destetadas ya que hay un mayor control sobre el nacimiento de las crías, el estado de la madre, los aspectos sanitarios y clínicos y cualquier eventualidad puede ser solucionada en el tiempo pertinente.
En este caso se deben tomar en cuenta algunos aspectos como:
La hembra debe permanecer en un lugar seco y libre de corrientes de aire.
Se debe evitar la acumulación de heces en el lugar.
Se le debe proveer agua y comida en abundancia
Controlar los aspectos sanitarios y de bioseguridad.
Parto en los potreros:
Se da con frecuencia en explotaciones donde la actividad ovina es secundaria. En este caso aumenta un poco la mortalidad de los neonatos como consecuencia de ataques de animales, frío o problemas durante parto que por no ser detectados no pueden ser tratados a tiempo.
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